“¿Por qué no consigo concentrarme?” esta es una de las frases que más escuchamos los psicólogos en nuestra consulta seguida de: “me cuesta mucho concentrarme en el trabajo, es imposible”; “a mi hijo le cuesta mucho concentrase, por eso no aprueba”; o “yo antes leía mucho, ahora me es imposible concentrarme”. 

Los motivos o causas que los propios pacientes argumentan para esa “desconcentración” son de lo más variadas: estado de ánimo bajo, estrés, falta de sueño, algún trastorno…y no les falta razón.

La palabra concentración se encuentra constantemente en nuestras conversaciones, pero cuando intentamos dar una definición de ella, no nos parece tan sencillo.

¿Qué es realmente la concentración? 

La concentración es, y aquí está la palabra clave, la capacidad de mantener la atención en algo concreto. Se trata de un proceso psíquico realizado de forma voluntaria para centrar nuestra atención sobre un objetivo planteado con anterioridad. 

Desarrollar esta habilidad es necesario para poder llevar a cabo las distintas actividades de la vida cotidiana. Incluso a veces es necesario llevarla a cabo en situaciones en las que no somos conscientes de su necesidad. Por ello, cuando sentimos que no somos capaces de desarrollarla se genera en nosotros inquietud y preocupación.

Sin embargo, donde resulta realmente importante es en el aprendizaje, ya que sin ella nos sería imposible adquirir nuevos conceptos y estrategias. 

¿Qué puede causar dificultades a la hora de desarrollar la concentración?

La concentración puede verse afectada por múltiples causas.

  • Trastorno por Déficit de Atención.
  • Estrés. 
  • Ingesta de sustancias: medicamentos, drogas.
  • Déficit del sueño.
  • Estado de ánimo bajo o Depresión.
  • Pensamientos recurrentes (preocupación, obsesiones, etc).
  • Desorganización, horarios caóticos, etc.

Como hemos dicho con anterioridad, son muchas las áreas que pueden verse afectadas por esta falta de concentración como puede ser en el trabajo, en el aprendizaje, en el deporte, en la sexualidad, en la comunicación con nuestro entorno... Cuando se convierte en un problema o un impedimento para desarrollar las actividades, es necesaria la intervención psicológica como una ayuda.

En la actualidad, se realizan investigaciones y trabajos desde las más diversas disciplinas con el fin de mejorar la concentración. Distintas actividades como la meditación, la equitación, trabajos manuales, musicoterapia, entrenamiento con neurofeeback, la intervención psicológica o establecer hábitos de vida saludable, pueden ayudar a su mejora.